Los ciberdelincuentes piden un rescate para desbloquear los servidores de varias plantas en EE UU, Canadá y Australia
El gigante cárnico brasileño JBS ha sido el último objetivo de la piratería informática global, después de que a comienzos de semana su filial en Estados Unidos fuera extorsionada mediante un ciberataque que los responsables de la empresa creen originado en Rusia y que obligó a parar parte de la producción en Norteamérica y Australia.
La filial estadounidense de JBS recibió una petición de rescate por parte de “una organización delictiva probablemente radicada en Rusia” después de sufrir un ataque informático que afectó a la cadena de procesamiento en Australia y Norteamérica, según ha informado este martes una portavoz de la Casa Blanca. El hecho de que la confirmación del hecho proceda de la Casa Blanca revela la entidad del ataque, que se produce menos de un mes después de que la acción de piratas informáticos del grupo DarkSide obligara a cerrar temporalmente la red de oleoductos Colonial Pipeline, que abastece el 45% del combustible que consume a la costa este de EE UU.